Durante el siglo xiv, época en que los italianos denominan trecento , surgieron una serie de escuelas pictóricas en Italia como la de Siena y Florencia. En ellas especialmente la segunda, la profundidad y la luz, el naturalismo y la representación de los estados anímicos comienzan a ser algunas de las principales preocupaciones del artista.
La escuela sienesa demostró estar seriamente influida por la pintura bizantina. Está representada por Duccio di Buoninsegna. En esta pintura conviven los elementos góticos con la influencia bizantina.
Simone Martini,también integrante de la escuela sienesa, pintó la Majestad en 1315 en el Palacio Público de Siena, obra que el mismo restauró años más tarde. Lo más característico de su obra son los rostros de los personajes con rasgos suaves y ojos rasgados.
Cimabue, integrante de la escuela florentina, es el percusor de un importante grupo de de pintores que con sus aportaciones contribuirán a lograr un cambio decisivo dentro delarte de la pintura. Cimabue partió de una influencia bizantina imperante en aquel momento, para desembocar en un estilo más expresivo y personal en el que se puede apreciar una nueva intensidad expresiva y un renovado sentido espacial.
Giotto, máximo representante de la escuela florentina, debió realizar su aprendizaje a lado de una gran figura de la pintura como fue Cimabue. Desde muy pronto dió muestras de un increíble talento, que le habría de convertir en uno de los grandes de la pintura. Sus obras más interesantes se encuentran en Asís Padua y Florencia.
Giotto recupera el concepto de la profundidad que había pasado desapercibido durante el arte medieval y abre nuevos caminos para la pintura renacentista. En sus obras será muy frecuente encontrar a sus personajes de espaldas que ayudan a imaginar, a sugerir un espacio interpuesto, una profundidad.
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